
A mi si que me gustaban los condenados chilenos en los noventa (y dale con esa década) pero solo bastó un unpluged (ggrrr mtv) para darme cuenta que me subí en la moto del pop sin querer queriendo. Me pasó lo que a Lorca en y me la llevé al rio creyendo que era mozuela...
La Ley, La Ley,La Ley, mmm… Me avergüenza decir que me gustaba este grupo. Y no solo me gustaba, ¡me encantaba! Mi primer recuerdo de La Ley data del año 93. Estaba en la terraza de mi casa en Ambato (Ecuador), con una de las mejores vistas del mundo frente a mi: el Volcán Tungurahua rodeado por un cielo morado y amarillo (de las 5 pm). El friecito, característicos de la Cordillera lo aplacaba con una colchita afelpada y finalmente en mis oídos la canción Desierto (gracias a la tecnología de los walkman -léase reproductor de cassettes), me sentía grande, importante. Que buen recuerdo.

Ese mismo año sacan lo que sería su 2do material Desiertos pero solo en cassette (yo tenía una copia de una copia). Luego en los 90 aparece lo que ellos llaman su 1er disco oficial Doble opuesto y vuelven a meter las canciones de desierto ahí. Rodrigo deja la banda por problemas familiares y de los originales solo queda Bobe. Es él quien en 1993 produce uno de los mejores cd (al menos eso pensaba en ese entonces) del grupo, al cual titulan La ley. Con ese material ganan reconocimiento y 3 premios (Ace, Ape y Laurel de Oro). En el 94 lanzan una especie de mega mix de recopilación (jajaja). “Eso fue todo lo que pudieron dar” me dije.

En el 98 Nace Vertigo desde las entrañas de Nueva York y como todo buen grupo que se “internacionaliza” comienzan a pelearse por quien se ve más bonito frente a las cámaras con lo que terminan reemplazando a Luciano Rojas con el iluminador del grupo en medio de una presentación en vivo. El mundo da vueltas y la canción Cielo Market les muerde la cola.

(ggrrr).